viernes, 25 de abril de 2008

Degradación


He pensado tanto en ese concepto,he pensado tanto que ya mis manos se hacen inútiles ante la simple recreación de la idea. Y es que es tan visible y a la vez tan inexplicable, pensando quizás en las roídas manos, ya manchadas por el tiempo; o quizás en la mierda pisada a diario entre ruinas y recuerdos; pero la imagen que más me impacta es la de aquel pañuelo de seda que vuela libre e insensato llegando a manos de quien lo confunde con papel higiénico. Degradación, ese inicio sutil, lleno de recuerdos tan vigorosos como sublimes que va en picada y sin fondo.Los extremos aquellos; definidos por calles, casas y colores. Es la impotencia de ver como se desdibujan las plenitudes, y y se vuelven polvo sin lograr desaparecer de este mundo. Es la perversión absoluta de la esencia misma, escapando de lo físico a través de lágrimas, harapos, deslumbrado alito, y rímel deslizado. Si pienso en la degradación, ya no veo los colores en sus matices, solo veo los recuerdos de una esquina donde los zoológicos se intersectan y dan paso a este juego, donde la memoria se conversa en las esquinas sin dejar siquiera un testimonio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigue.